Treinta años. Guerra
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        Serie de batallas y conflicto entre diversas naciones que duraron desde 1618 hasta 1648. Esta guerra, o serie enlazada de guerras, tuvo una clara motivación religiosa, al enfren­tarse los países domi­nados por la Reforma protestante contra los adversarios de la misma. El antagonismo religioso engendrado dividió a las naciones, aunque en el fondo había más interés por los bienes de la Iglesia que por la rectitud de las doctrinas. La animosidad religiosa entre los partidarios de las facciones protestantes y católicas fue el pretexto para el enfrentamiento dinástico de los príncipes alemanes deseoso del poder de los Habsburgos, dominados por un fuerte afán de restaurar el Sacro Imperio Germánico caído ya en desuso.
    Suecia y Francia desearon anular el poder del Sacro Imperio Romano Germánico que apoyaba a los Habsburgos. Los odios religiosos hicieron a esas guerras tan crueles como no se había visto desde las primeras invasiones sarracenas.
    La fragilidad de la Paz de Augsburgo, firmada en 1555 entre el Carlos V y los príncipes luteranos de Alemania, fue la causa de la serie de conflictos y de las invasiones. La agresividad y las destrucciones fueron enormes.

   Los conflictos tuvieron  cuatro períodos de ataques:

  1. Fase del Palatino-Bohemia (1618-1625). Afecto a los principados alemanes, el emperador Rodolfo II de Habsburgo (1576-1612) apoyó sus pretensiones. Se destruyeron en Alemania las iglesias protestantes y se negó el derecho al propio culto. En 1608 se creó la Unión Evangélica entre príncipes y ciudades protestantes. Los católicos organizaron la Santa Liga Alemana en 1609. En Bohemia la Unión Evangélica se reveló contra la jerarquía católica. El 23 de Mayo de 1618 los protestantes de Praga invadieron el palacio real y asesinaron a dos ministros tirándolos por la ventana. Esta Defenestración de Praga, supuso el comienzo. Triunfantes el principio, en 1619 estuvieron a punto de conquistar Viena. Eligieron rey a Federico V, elector del Palatinado.
    Fernando, elegido emperador en Agosto de 1619, asumió la ofensiva. El 8 de Noviembre de 1620, la Liga Católica derrotó a los bohemios en Wiesserberg (batalla de la Montaña Blanca), cerca de Praga. Después de sangrientas represalias contra los protestantes, se prohibió su culto y la Unión Evangélica se disolvió. Federico y sus aliados continuaron la lucha en el Palatinado. Derrotaron al ejército católico en 1622, pero luego fueron vencidos en 1624

    2. Fase Danesa. La guerra adquirió dimensión internacional y arrasadora. Los protestan­tes alemanes pidieron ayuda. Inglaterra, Francia y otros reinos pretendieron limitar el poder de los Habsburgo y los apoyaron. Cristián IV de Dinamarca y Noruega acudió en ayuda de los protestantes alemanes.
   Con su apoyo y un gran ejército en 1625 invadió Sajonia. Fernando II, con diversos apoyos, logró vencer en Dessau, en Abril de 1626. Los ejércitos imperiales invadieron y devastaron todos los territorios rebeldes. Cristián tuvo que aceptar en 1629 la Paz de Lübeck.

   3. Fase sueca. Influidos desde Francia por el Cardenal Richelieu, ministro del rey Luis XIII, adversario de los Hausburgos, la guerra se hizo más cruel.
   Gustavo II de Suecia, como luterano, acudió en auxilio de los príncipes del Norte. En el verano de 1630 desembarcó en la costa de Pomerania. Sus ejércitos imperiales tomaron y saquearon la ciudad Magdeburgo en Mayo de 1631. Las batallas siguientes arrasaron el territorio. La Paz de Praga (1635) puso fin a la tercera fase de la guerra, con algunas conce­siones a los luteranos.

  4. Fase francesa. La guerra se convirtió en un conflicto por la hegemonía en Europa occidental, entre los Habsburgos y Francia. Las cuestiones religiosas fueron el pretexto, pero la ambición de Luis XIV y su ministro fue el motor de las batallas. En 1635 Francia declaró la guerra a España. En 1636 fueron rechazadas las invasiones españolas en territorio francés. Las derrotas y las victorias se sucedieron con grandes pérdidas humanas y destrucciones.

   Paz de Westfalia, firmada en Münster el 24 de Octubre de 1648, terminó tantas guerras con la balanza de las ventajas inclinada hacia Francia. Declaró a Suiza y a las Provincias Unidas (Países Bajos separados ya de España) como naciones independientes y los Habsburgos quedaron debilitados.
    Las consecuencias económicas, sociales y culturales de la guerra fueron desastrosas. Los territorios alemanes perdieron la cuarta parte de su población, la pobreza fue asoladora y Francia se convirtió en la gran potencia del siglo XVII.
   Aunque la Paz de Westfalia marcó el final de la guerra de Treinta Años, la lucha entre Francia y España continuó hasta la Paz de los Pirineos en 1649.